jueves, 18 de octubre de 2012

El Cuerpo


Y no, no me refiero a este:

Seguimos hablando de fotografía, vamos que me estoy refiriendo a este otro:

El cuerpo o cámara esta formado por varios elementos, unos fijos y otros móviles. Podemos decir que una cámara es una caja negra, ya que en su interior no entrará la luz hasta que nosotros le demos al disparador para hacer la fotografía. La mejor forma de entender el funcionamiento de una cámara réflex, es siguiendo la trayectoria del rayo lumínico que entra en su interior, es decir, lo que posteriormente será la imagen.

 

Si seguimos la trayectoria del rayo lumínico, vemos que entra en la cámara a través del objetivo, pasa por las distintas lentes y por el diafragma hasta llegar al espejo.

Este espejo, que estando en reposo tiene una inclinación de 45º, es el encargado de dirigir la luz hacia arriba, hacia la pantalla de enfoque y al pentaprisma.
Espejo en reposo

Este espejo es uno de los elementos móviles ya que en el momento del disparo de eleva, dejando pasar la luz directamente al sensor.
Espejo levantado

Seguimos la trayectoria, en este caso hacia arriba, llegamos a la pantalla de enfoque, que será la encargada de podamos enfocar. Lógicamente el que enfoca es el objetivo, pero es en la pantalla donde nosotros veremos los resultados, también las indicaciones del fotómetro y demás numerillos que nos indiquen la apertura y la velocidad que tenemos ajustadas en ese momento.
Pantalla de enfoque
Encima de la pantalla de enfoque tenemos el pentaprisma. El pentaprisma es un cristal pulido de cinco lados y tiene como función el “recolocar” la imagen para que la veamos bien en el visor. Decimos que tiene la función de recolocar la imagen por que si no la veríamos volteada, ya que la estamos viendo reflejada en un espejo ¿recordáis? Y una de las características físicas innatas de los espejos, es voltear las imágenes.

 
Finalmente la imagen sale por el visor. Ahora estamos viendo lo que ve el objetivo, esto que parece una tontería, en realidad no lo es, ya que en las cámaras réflex no existe el error de paralaje. En las cámaras compactas, el visor y el objetivo están en ángulos distintos y por lo tanto lo que vemos nosotros, no tiene por qué ser lo mismo que ve nuestro objetivo.



Veamos ahora la diferencia interna de la cámara en reposo y la cámara disparando.


Una vez que tenemos la imagen enfocada le damos al disparador y empiezan a pasar cosas. La luz entra por el objetivo y se encuentra con el diafragma que se cierra tanto como le habíamos indicado (números f 3,6 – 4 – 5,6), sigue hacia el interior y el espejo que hacia rebotar la luz hacia arriba se levanta, permitiendo pasar el rayo hacia el obturador que se abrirá tanto tiempo como le habíamos dicho (1” – 1/2” – 1/2000”)  y finalmente llegara al sensor que captara tantos fotones como nosotros queramos ( ISO 100 – 200 – 400 – 800).

Si hemos hecho bien los deberes conseguiremos cosas como estas.


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